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Monumentos

Monumentos dorados: el oro brilla para la eternidad

Los monumentos, como su nombre indica, representan los recuerdos. En todo el mundo, personas de diferentes culturas recuerdan acontecimientos históricos o personalidades históricas a través de los monumentos. Los monumentos dorados en particular son sinónimo de durabilidad, valor y aspecto imponente: un monumento de oro brillante simplemente destaca. Sin embargo, para conseguir un resultado visualmente perfecto, la cantidad de oro debe estar bien planteada y dosificada como corresponde.

La ubicación del monumento determina la técnica de doradura que se utiliza. En interiores, se puede elegir entre el dorado al óleo, la leche aplicadora, el Architec o el dorado al agua: aquí el monumento está protegido y no está expuesto a las fluctuaciones de temperatura ni a las condiciones climáticas. Las cosas se complican más en el exterior: aquí es necesaria una cuidadosa preparación del sustrato. El dorado al óleo se recomienda como técnica de doradura segura y duradera. La aplicación de un «barniz protector» puede causar enormes daños al monumento dorado.

Ningún barnizado de los monumentos dorados en zonas exteriores

Un monumento suele estar expuesto a la intemperie sin protección, lo que debe tenerse en cuenta a la hora de dorarlo. La indicación más importante a la hora de dorar un monumento al aire libre es que no se debe aplicar ningún «barniz protector» a la doradura. Como resultado, se pierde el brillo del oro, el llamado fuego, se reduce la vida útil y el monumento sufre enormemente a nivel visual debido a la pérdida del brillo del oro. Debido a las fluctuaciones de temperatura en la zona exterior, la mezcla se expande un poco en verano y se contrae de nuevo con las temperaturas frías. Esto hace que la capa de acabado desarrolle grietas y crujidos. El dorado solo aguantará unos años hasta que empiece a despegarse del sustrato.

Cuando se ejecuta de forma profesional, la doradura de un monumento está hecha para durar siglos, incluso a la intemperie con el viento y el clima, sin que el monumento pierda su brillo. Por su longevidad y resistencia a la intemperie, el pan de oro es perfecto para hacer brillar los monumentos y conservar los recuerdos.

¿Quiere dorar un monumento y tiene más preguntas? Estaremos encantados de ayudarle con nuestra experiencia en técnicas y productos para doradura.